El concepto de employer branding resuena cada vez con más fuerza dentro de los círculos de gestión de Recursos Humanos y captación de talento.
Podemos encontrar en español su término hermano, marca empleadora, que se refiere, igualmente, a la reputación que tiene una organización como empleadora.
Las propuestas de valor de las empresas no solo se dirigen ya hacia sus consumidores potenciales, sino que el marketing de las compañías va un paso más allá y se asegura de ofrecer valor añadido también de manera interna como herramienta necesaria para atraer y retener al mejor talento a sus empresas.
El employer branding no es otra cosa que la gestión del valor ofrecido a los empleados para que estos hagan de embajadores de nuestra marca hacia otros posibles candidatos y para que, además, construyan una relación de confianza y compromiso con la compañía.
El origen del término
Hay fuentes que aseguran que el término de marca empleadora, talent branding o employer branding viene utilizándose desde los años 60 en Estados Unidos.
Sin embargo, no es hasta 1996 que el presidente de People in Business, Simon Barrow y el decano de la London Business School, Tim Ambler, definen el concepto en el Journal of Management.
A partir del año 2000 las empresas comenzaron a adoptar estrategias para mejorar su employer branding y ya para 2001, el 40% de las compañías americanas decían estar inmersas en procesos para mejorar su marca empleadora.
En 2006 se escribió el primer libro sobre el tema: The Employer Brand: Bringing the Best of Brand Management to People at Work por Simon Barrow y Richard Mosley.
Por qué es importante una buena estrategia de employer branding
Cada vez es más común encontrarse con compañías conscientes de la importancia de trabajar su employer branding como estrategia para captar al mejor talento.
Han observado que ofrecer buenas condiciones a sus empleados es una manera de potenciar la productividad de sus organizaciones, además de proteger con ello al talento reclutado. Al ofrecer valor añadido, los empleados son más reticentes a dejar sus puestos de trabajo cuando reciben otras ofertas.
Por otro lado, la fama que tiene una empresa para con sus trabajadores es primordial a la hora de construir una reputación. Si la compañía tiene claro que quiere captar el mejor talento, debe esforzarse en crear una marca empleadora potente y atractiva.
Al fin y al cabo, todas las organizaciones tienen employer branding: aquellas que actúan de forma estratégica sobre ella son las que realmente sacan beneficios de esta nueva manera de presentarse ante posibles candidatos.
Partes esenciales de una estrategia de marca empleadora
Para crear una estrategia de employer branding que funcione existen 3 aspectos que se deben dar en todas las compañías:
La marca empleadora debe ser real y transparente
Intentar crear una buena reputación sin una base sólida es absurdo.
No durará en el tiempo y además arruinará para siempre la percepción del talento sobre tu empresa.
Antes de lanzarte a crear una estrategia de talent branding asegúrate de conocer los valores y filosofía de la empresa y constrúyela de forma alineada con ellos.
La empresa implicada al completo
Construir esta estrategia como algo aislado y que únicamente pertenece al departamento de Recursos Humanos es un error.
Procura involucrar a toda la empresa y llevar a cabo políticas de fidelización con los empleados. Ellos mismos te ayudarán a conseguir y atraer a más talento.
El talento siempre primero
Para gestionar una estrategia de employer branding sostenible y efectiva hay que comprender que el personal es el recurso más valioso de la misma.
Conocer sus necesidades y saber qué busca el talento en un puesto de trabajo de tu empresa es lo único que puede llevarte a crear una propuesta de valor deseable.