Entendemos por productividad en las empresas el número de servicios o productos producidos en relación a la cantidad de recursos utilizados para ello. No obstante, es cierto que en esta definición no están incluidos todos los factores que influyen día a día en los índices de productividad en relación al proceso y a la forma de vivirlo en la empresa. Algunos de estos factores son los siguientes:
- Calidad del producto o servicio realizado
- Nivel de satisfacción de los clientes
- Salarios de la plantilla
- Inversiones de diversa índole
- Aplicación de normativas, restricciones y leyes gubernamentales
- Investigación, desarrollo e innovación (I+D+I)
- Energía y actitud personales en el factor humano
- Calidad de los equipamientos y recursos
- Funciones de liderazgo
- Formación
- Objetivos empresariales globales y de largo plazo
Realizar un control exhaustivo y una buena gestión de la productividad será clave para que una compañía sea rentable y pueda conseguir una buena posición respecto a sus empresas competidoras y adquirir cuota de mercado.
Existe una serie de claves que se pueden tener en cuenta y que aplicadas correctamente pueden aumentar notablemente la productividad en las empresas:
- Priorizar y organizar: llevar una agenda de trabajo es fundamental para el equipo, así todos los empleados tendrán muy clara su asignación y cuales son las tareas que requieren prioridad para así, dedicarse a ellas en primera instancia.
- Establecer timings: se mejora en tiempo cuando hay fechas marcadas para la entrega de trabajos y proyectos.
- Fomentar la comunicación interna: es esencial para conseguir una buena coordinación entre los equipos, involucrando a los empleados de forma adecuada se consegue mejorar el clima laboral dentro de la compañía.
- Contar con una buena selección de personal: el principal motor de una empresa es, sin lugar a dudas, su equipo humano. Encontrar al perfil ideal para cubrir una vacante no es tarea fácil, por eso, contar con la colaboración de empresas de selección de personal como Etalentum facilita enormemente la vida a las empresas y ahorran en tiempo y costes.
- Un equipo motivado será más productivo. Hay muchas formas de motivar a los trabajadores, aunque las políticas de salario emocional son las mejor valoradas por los equipos de trabajo.
- Invertir en tecnología para mejorar los procesos. Invertir en nuevos procesos y tecnologías ayuda a la empresa a optimizar sus recursos y por tanto, a mejorar su productividad.
- La transformación digital. No hay duda que la transformación digital de las empresas ha provocado un aumento de la productividad. Todas aquellas compañías que han sabido apostar por el cambio digital han conseguido mejorar varios aspectos como la gestión de procesos, la comunicación, la gestión de recursos, etc.
- Formación constante de los equipos. Adquirir conocimientos nuevos permitirá a los profesionales de una compañía seguir desarrollando habilidades y aptitudes nuevas para ser lo más eficientes y eficaces posible.
Mejorar los resultados empresariales de cualquier compañía no será posible si no existe un buen rendimiento tanto por parte del equipo directivo como de los equipos que forman la plantilla. Es muy saludable que todas las partes implicadas se impregnen de las cultura empresarial que fomentan tanto el funcionar productivamente como el consolidar aspectos globales que conlleven mejoras en la sostenibilidad, la facilidad en acometer tareas, la conciliación familiar etc, etc, y en definitiva que conlleven a la felicidad de las personas que impulsan la organización empresarial mientras se aporta el servicio o producto al mercado.