En una empresa u organización existen muchos tipos de perfiles distintos, todos son aptos y buenos mientras la compenetración entre ellos sea positiva para la consecución de los objetivos de la empresa y para el propio ambiente laboral. Pero no es todo siempre tan bonito, por desgracia existen muchos empleados tóxicos que pueden arruinar rápidamente el buen clima laboral que se ha intentado crear y mantener durante mucho tiempo. Suelen ser personas que contagian mucha negatividad al resto de personas, y aunque algunos sean buenos haciendo su trabajo, otros ni lo hacen ni dejan hacerlo. Así que intenta detectarlos rápidamente y poner solución al asunto sí que no quieres que te pase factura.
Existen perfiles de empleados tóxicos muy típicos que son fáciles de detectar. A continuación te describimos algunos habituales, seguro que más de uno te va a sonar…
El “quejica”: Se trata de un trabajador al que todo le parece mal pero tampoco aporta soluciones. Siempre está cansado, le duele algo, cree que su trabajo está poco valorado, que cobra poco, no le pasan las horas y se le hace muy largo el día, no para de soplar, se queja del horario, del tiempo, tiene sueño… Quien esté a su lado y deba aguantarlo, una de dos, o se vuelve como él o querrá matarlo cada día.
El que “nunca es su culpa”: Es un perfil de persona que muestra poco compañerismo y demasiado orgullo. Siempre culpa a los demás de sus errores, su única defensa es alzar la voz y mostrarse a la defensiva cuando se le acusa de algún error.
El “sabelotodo”: Siempre está pendiente de todas las conversaciones ajenas que hay a su alrededor aunque no sean de su incumbencia. Cuando se detecta algún problema en la empresa, él ya lo sabía desde hacía tiempo… Pero son personas que nunca aportan soluciones.
El que se esfuerza el mínimo: Son personas que se limitan a trabajar sus horas y hacen su trabajo a un nivel mínimo, casi insuficiente. Evitan todo tipo de responsabilidades, nunca aportan ideas, no tienen interés ni motivación alguna para avanzar profesionalmente ni ganas de mejora. Siempre permanecen en su zona de confort.
El “chismoso”: Es la persona especialista en extender todos los rumores en la oficina, aunque vayan más allá de la verdad, con malicia, enfrentando compañeros y creando mal ambiente laboral.
El “ególatra”: Es el típico trabajador que le encanta atribuirse los méritos de otros compañeros. Además siempre intenta mostrar las debilidades y errores de los demás para infravalorar a sus compañeros. Quiere y necesita aparentar más de lo que es y de lo que hace.
¿Cómo evitar los empleados tóxicos en la selección de personal?
Nunca podemos saber la personalidad de una persona ni como va a ser dentro de nuestra empresa al 100% antes de contratarla, pero sí que existen algunas acciones que pueden ayudarnos a saber un poquito más de ellas antes de “meterlas en casa”.
En Etalentum realizamos test de personalidad a todos los candidatos antes de pasar a la fase de las entrevistas, esto nos ayuda a determinar las competencias más destacables de los candidatos; si son responsables, resolutivos, honestos, flexibles, extrovertidos, autoritarios, creativos… Y hasta un conjunto de 22 términos.
Otra opción para conocer más a los candidatos es pedir referencias en otras empresas donde hayan trabajado. También deberemos tener en cuenta si el perfil encaja con la ética, moral y valores de la empresa. Establecer un periodo de prueba también es aconsejable.
¿Cómo manejar un empleado tóxico si ya está en tu empresa?
Si aún habiendo tomado todas estas medidas detectas que tienes algún trabajador tóxico en tu organización, tienes varias opciones antes de tomar medidas drásticas.
Dale una oportunidad para corregir, habla con él para determinar la causa de la toxicidad y saber si puede revocarse. Asígnale tareas de las cuales deba ser totalmente responsable y puedas realizar un seguimiento. Si es conveniente, cámbialo de departamento. Si aún así no mejora, valora la opción de despedirlo.