Si quieres saber cómo hacer bien una entrevista de trabajo, ¡tienes suerte! En nuestro artículo de hoy te daremos las cinco claves maestras para hacer una entrevista de trabajo sobresaliente.
1. Investiga la empresa antes de la entrevista de trabajo
Si sabes para qué empresa es el puesto, investiga su actividad, retos, proyectos y dificultades por adelantado, antes de llegar a la entrevista de trabajo. Nada complace más a una empresa que ser conocida y valorada por lo que hace. Si te estuviera entrevistando alguna de las personas relacionadas con los hitos que más valoras, ese tema de conversación te permitiría establecer una conexión de confianza e interés desde el primer minuto, y eso daría un barniz positivo a toda la conversación.
2. Usa la entrevista de trabajo para tantear (im)posibilidades
Una entrevista es una hoja de doble filo: como en cualquier otra negociación, se ofrecen y reciben datos importantes. Si el formato es abierto, usa métodos tan directos o indirectos como sea prudente para obtener la información que necesitas. ¿Qué estás buscando en este momento? ¿Quieres cambiar de sector, aumentar tu remuneración, adquirir experiencia o conocimientos, mudarte cerca de tus personas queridas, reincorporarte al mercado laboral? Tus prioridades a la hora de enfocarte en un tipo de puesto o en otro también tienen que llegar hasta el momento de la entrevista: si no encaja con lo que buscas, quizá te toque a ti descartar a la empresa y no al revés.
«Por el dinero no te preocupes, que dinero no hay»
A veces el sueldo no encaja con tus expectativas y la empresa no puede ofrecer más. Piensa en qué saca la empresa de ti: muestra lo que pierden si te dejan pasar y pide métricas de éxito para el puesto, si es posible. En caso afirmativo, se puede añadir un variable según los objetivos que se definan previamente.
Por otro lado, si te encuentras en una situación propicia, intenta averiguar cuál es el salario emocional que ofrece la empresa: ¿cuánta autonomía y capacidad de decisión ofrecen a su plantilla? ¿cuáles son las oportunidades de desarrollo personal y profesional? ¿Cómo es el ambiente de la oficina, se organizan actividades de grupo aparte de la consabida comida de Navidad? ¿La ubicación o servicios de la oficina te favorecen? ¿Tienen descuentos de emplead@, horarios flexibles, guardería, días de vacaciones por objetivos?
3. En una entrevista de trabajo, la mejor personalidad es la tuya
Preguntarse qué actitud mostrar en la entrevista es darle el enfoque erróneo a tu estrategia. La mejor personalidad es la tuya, que es al final la que acabará brotando en el día a día en la empresa. Así que pregúntate: ¿encajan la cultura y valores de esta empresa con los tuyos propios? ¿Son los objetivos de la empresa compatibles con tus propios objetivos y creencias? ¿Te ves encajando con las decisiones del día a día del puesto?
Dicen que no hay nada peor que hacer con gran eficiencia lo que nunca debió hacerse. Plantéate si la empresa contribuye al cambio que quieres ver en ti y en el mundo… o al menos no es un obstáculo para ello. Si tienes que hacer cambios importantes en tu vida para encajar en este puesto, ¿te gustará ser la persona resultante de los mismos?
4. El entusiasmo, llave de una entrevista de trabajo memorable
El entusiasmo es contagioso y memorable. Para obtener y conservar un puesto que merezca la pena es muy difícil de fingir el entusiasmo necesario a corto, medio y largo plazo. No subestimes la cantidad de puestos que se conceden a candidat@s que sobre el papel no eran los «mejores», pero que mostraron en la entrevista suficiente motivación para aprender y superarse. Es cierto que no hay trabajo en el mundo tan maravilloso como para que no exista una persona harta del mismo. A las empresas no les conviene contratar a alguien que ya está harto y desmotivado antes de empezar, y tampoco querrán ofrecer el puesto a alguien que probablemente lo rechace.
5. La humildad no es humillante
A la famosa pregunta de cuál es tu mayor fallo, no tengas miedo de decir que has tenido muchos. Todo el mundo se equivoca, todo el mundo toma decisiones que en el momento parecían apropiadas pero luego resultaron no serlo. La clave de esta pregunta es: ¿cómo reaccionas ante el fracaso? ¿cómo manejas el estrés? ¿sabes admitir que te has equivocado, o vas a barrer todos tus errores bajo la alfombra?
Para arreglar un error tienes que comprender dónde estuvo el error y qué no hacer la próxima vez. Que hayas aprendido esto antes de llegar a la empresa contribuye a que no te vaya a volver a pasar. Si piensas que nunca te has equivocado, eres un peligro público. O bien no lo sabes, o bien no sabes reconocerlo, o probablemente no sabes arreglarlo.
Esta clave final es la más importante. Humildad significa confiar en que eres la mejor persona para el puesto, precisamente porque conoces tus talentos, méritos, errores y puntos débiles, porque sabes dónde fallas y dónde necesitas apoyarte en los demás. Porque también sabes reconocer el talento y mérito del equipo y no solo sus errores y puntos débiles.