El Chief Financial Officer (CFO) o Director Financiero es el máximo responsable de supervisar todas las actividades financieras de la organización. Sus responsabilidades pueden variar según las características de la compañía y especialmente de la situación y contexto en la que se encuentre (si está ampliando infraestructuras y tiene tensiones de tesorería, si requiere una ampliación de capital, si tiene que abordar cambios estructurales como la digitalización, la gestión financiera con otras empresas colaboradores a nivel de negocio, etc.)
Ahora en especial hay un rol fundamental por el que se le necesita más que nunca para que el capitán del barco pueda tomar decisiones y dar instrucciones adecuadas. Tanto la anticipación a los posibles riesgos de la compañía derivados de navegar en un mar de incertidumbres y climas tormentosos, como la toma de decisiones con datos e información en tiempo real (como si del clima se tratara) así como la visión global (tanto del estado de la nave como de la ruta), han hecho de la figura del CFO un socio estratégico de la junta directiva de la empresa.
Vale la pena destacar, que en los últimos tiempos tan convulsos y cambiantes, ha aparecido otro perfil en las empresas con las mismas siglas: el “Chief Future Officer”, cuya tarea estratégica transversal es la de idear un plan A, un plan B, un plan C, etc. para evitar que el futuro incierto coja por sorpresa a la compañía. La función del Chief Future Officer es también la de trasladar toda la información al equipo para que toda la empresa esté alineada en cuanto a visión de futuro y planes alternativos.
Siguiendo con las funciones del Director financiero (CFO); no puede ser solo reactivo, debe jugar un papel proactivo y diseñar estrategias que generen crecimiento real y retorno de la inversión. En la gran mayoría de ocasiones, sus funciones superan con creces el ámbito de las finanzas y deben ser muy versátiles.
Su rol es del todo integrador, deben coordinar los beneficios de la compañía con la validación de todos los recursos asignados, de la misma forma que unifican a accionistas, priorizan oportunidades y facilitan un marco sólido y real para la toma de decisiones.
A lo largo de los años las tareas y la figura del CFO han ido evolucionando hasta convertirse en clave fundamental cuando se trata de definir una estrategia para la compañía que sea sostenible. Para hacerlo posible, el CFO debe funcionar como catalizador entre los responsables de área y el CEO; es decir, conocer de manera detallada el impacto de cada acción y decisión en la cuenta de resultados.
Por su condición de piezas fundamentales en la organización, cuando se abre un proceso de selección para encontrar un candidato con un perfil compatible al de un CFO se debe ser realmente exigente con todas las habilidades que precisa la figura del director financiero:
- Planificación de escenarios y capacitación para adelantarse a las necesidades tanto de socios como de proveedores.
- Disciplina financiera. Deberán disponer de una metodología clara y control de todas las transacciones de la organización.
- Dotes de comunicación clara y concisa para ofrecer seguridad a posibles inversores.
- Eficiencia y precisión en todas sus tareas.
- Capacidad analítica y visión global para orientar decisiones clave de la compañía.
- Capacidad de liderazgo y gestión de equipos. La estrategia que deben crear debe estar basada en el activo más importante de la organización, las personas.
Hemos hablado mucho en el blog de Etalentum sobre la importancia del proceso de transformación digital en el sector empresarial y la necesidad de las empresas de aprovecharlo y de no quedarse atrás. Esta situación de cambio, ha reforzado aún más el papel, que ya era fundamental, del CFO, ahora su aportación a las empresas es definitivamente prioritaria para que haya interlocución de negocio y cooperación en el tejido empresarial del que se esté formando parte, sea cual sea la actividad económica de la organización.