La Covid-19, como ya venimos contando en varias ocasiones, nos ha afectado en nuestra vida laboral de muchísimas formas. Ya no solo en la acelerada transformación digital, sino en la manera de liderar equipos que cada vez son más telemáticos y que por tanto, tienen otras necesidades.
Por supuesto que se puede liderar de forma remota, pero las aptitudes necesarias son radicalmente distintas del liderazgo tradicional. En este post se repasan cuáles son las habilidades necesarias para disponer de una buena cultura del liderazgo organizacional.
- Confianza, no control
Todos los equipos en un ambiente de trabajo saludable se construyen desde la confianza y no desde el control. Además, el líder telemático debe asumir que el control posible en remoto no será en cualquier caso el mismo que el que permite la disciplina presencial. De todas formas, la huella digital permitirá hacer mediciones y balances cualitativos del desempeño, que serán útiles a todo el equipo.
Por otro lado, si el equipo siente que tiene la confianza del líder, se sentirá mucho más empoderado y motivado.
- Comunicación impecable
Un líder debe comunicar siempre, pero… en un entorno de teletrabajo ¡¡mucho más!! Normalmente es la figura que tiene más información y que tiene la obligación de hacerla llegar a quien corresponda.
Una comunicación buena, clara y concisa permite describir los objetivos, la situación actual, las tareas prioritarias, etc. Todo ello permite que el equipo esté al corriente de la situación global y que pueda actuar en consecuencia.
- Buena gestión emocional de equipo, más empatía
Uno de los mayores inconvenientes de que un equipo trabaje de forma remota es que la distancia impide la cercanía, no la física, sino con el equipo. Las conversaciones casuales y más informales con los distintos miembros sirven para detectar problemas, conflictos y estados de ánimo. Al ser imposibles estos encuentros más fortuitos en un entorno remoto, se hace necesario que el líder sea capaz de desarrollar metodologías que le permitan acercarse a los miembros del equipo para compartir sus inquietudes y detectar su estado de ánimo.
- Adaptación a entornos cambiantes
Cada vez resulta más difícil acomodarse en una zona de confort. La tolerancia al cambio que presente el propio líder es clave para que este pueda transmitir al equipo, y de manera rápida, la nueva situación y actuación esperada. Para ello, el autoconocimiento de uno mismo y el conocimiento en profundidad del equipo es esencial.
- Visión positiva realista
Con una visión y discurso positivos, aunque siempre realistas, es posible inspirar al equipo y vincularlos hacia un objetivo final. También aumentará en alto grado su confianza en el futuro y en el proyecto.
- Organización
Un líder siempre debe tener la capacidad de organizar de manera óptima el equipo de trabajo o buscar herramientas de apoyo. En una situación telemática, esta necesidad resulta mucho más relevante: la coordinación de las reuniones telemáticas, los tiempos, la conciliación familiar, etc.
En el ámbito remoto, y más si ha sido imprevisto como ha pasado con la crisis de la Covid-19, es primordial reformular los tiempos de ejecución de los proyectos y redefinir el seguimiento de una manera rápida y eficaz. Todo ello sin caer en el control absoluto (que puede llegar a desgastar con la hiperconectividad) y pasando por la confianza y el compromiso.
- Delegar
El líder telemático debe delegar más que nunca, otorgar protagonismo a los distintos miembros del equipo y repartir las responsabilidades y los méritos. De esta forma, se fomentarán en el equipo valores positivos como la motivación y el compromiso.
El convulso paso de la Covid-19 en nuestras realidades, nos ha dejado una serie de cambios, de los que algunos parece que han venido para quedarse. No obstante, estos cambios deben verse como oportunidades para la mejora de muchos aspectos de la vida laboral, la cultura del liderazgo organizacional debe proveer de las herramientas necesarias al equipo para superar las adversidades y salir reforzado de ellas.