Encontrar nuevos talentos y gestionar su presencia dentro de la empresa es un proceso que se debe realizar con mucho cuidado y con mucha profesionalidad. Conseguir que un candidato acepte el puesto pasa porque el departamento de RRHH sea capaz de ofrecerle lo que necesita y convencerle de que es lo mejor para su ámbito profesional.
El mayor desafío aparece cuando se debe fidelizar a la persona y retenerla en la empresa. Si esta gestión se realiza de manera incorrecta causa un incremento de la rotación, un bajo desempeño, poca motivación y mala imagen de marca. El equipo se ve resentido por esta situación de manera directa e indirecta. Dar mala imagen es lo peor que le puede pasar a una empresa para su employer branding.
Hay algunos errores principales en la gestión del talento que se deben evitar a toda costa para no afectar negativamente al potencial de la empresa. HRider nos enumera algunos de ellos:
- Realizar procesos de selección infinitos
- Creer que los trabajadores y colaboradores no se van a ir nunca de la empresa
- La falta de comunicación
- Confundir la responsabilidad con la culpa
- Tener mal feedback
- La falta de flexibilidad laboral
La mayoría de los errores que se suelen cometer van relacionados con la complacencia. En muchas ocasiones, además, se ignoran aspectos importantes como la opinión de los empleados o su percepción de los objetivos. La organización debe motivar a su plantilla, proponer nuevos proyectos y nuevos retos para los talentos que trabajen en ella.
El reconocimiento del trabajo es otro de los aspectos esenciales a la hora de cuidar al equipo y asegurar un buen talento. Reconocer el buen trabajo y dar un buen feedback forma parte de las buenas prácticas que debe tener una empresa con sus trabajadores. Se debe invertir para mantenerlos en un futuro en la organización. Algunas buenas ideas para hacerlo es ofreciéndoles nuevas metas, formación, mayor retribución…
Finalmente, el mayor error es resistirse al cambio. Si una compañía no se actualiza y tiene una mentalidad cerrada y limitada, no va a conseguir retener a sus talentos. Los objetivos a corto o medio plazo son muy importantes para motivar al equipo, igual que los incentivos no salariales. Estos son cada vez más presentes en las empresas. Se valoran aspectos como el ambiente laboral, la ubicación de la oficina, la flexibilidad horaria o los mismos valores empresariales.