El talento se puede definir con una serie de distintivos que permiten evaluar su función. Existen, según McKinsey, 56 distintivos diferentes que identifican cómo será el talento más demandado para el futuro del trabajo digital. La tecnología se está abriendo paso rápidamente en las empresas y está provocando una sustitución de tareas manuales por otras automatizadas. No solo eso, también se están digitalizando muchos de los procesos productivos y de gestión.
Para hacer frente a estos cambios es esencial retener talento preparado en la empresa para que se pueda realizar la transformación de la mejor manera.
La demanda de nuevas competencias en los trabajadores obligará a los mismos a formarse hacia otros ámbitos. Según el mismo estudio, aumentará el valor de mercado de muchas de las competencias que puedan ayudar a las personas a cumplir con los tres criterios siguientes:
- Añadir valor más allá de lo que pueden hacer los sistemas automatizados
- Operar en un entorno digital
- Adaptarse continuamente a nuevas formas de trabajo y que se realice una especialización
Estas tres características serán las más importantes. Todas las competencias que pueda tener un trabajador y que permitan adaptarse a estas nuevas situaciones, van a ser muy bien valoradas para las empresas.
Los 56 distintivos que van a ayudar a las personas a encontrar trabajo en un futuro se pueden clasificar en cuatro categorías: cognitiva, interpersonal, auto liderazgo y digital. Puedes consultarlos aquí.
McKinsey también descubrió que los ingresos elevados se asocian con las competencias digitales y cognitivas. Un trabajador que domine las habilidades digitales tiene el 41% más de probabilidades de obtener unos ingresos superiores. Estos distintivos del talento están asociados a mayores ingresos y mayor probabilidad de encontrar trabajo, pero también con la satisfacción laboral.
El mercado laboral del futuro demandará más competencias tecnológicas, sociales y emocionales, mientras que las manuales y físicas disminuirán. Una de las habilidades más importantes será la comunicación, pero también la adaptabilidad o la flexibilidad ante la incertidumbre y el cambio. Se valorará mucho el autoliderazgo y la especialización, distintivos que ya actualmente están cogiendo mucha relevancia.
McKinsey concluye que hacen falta modificaciones en la educación para poder obtener estas competencias, ya que un mayor nivel de estudios no asegura un dominio de todas las habilidades requeridas. Los trabajadores del futuro van a ser muy diferentes y sus competencias deberán estar 100% adaptadas a las nuevas tecnologías y a las nuevas realidades del mercado laboral.