El síndrome postvacacional es el estado que se produce en el trabajador al fracasar el proceso de adaptación entre un periodo de vacaciones y de ocio con la vuelta a la vida activa, produciendo molestias que nos hacen responder a nuestras actividades rutinarias con un menor rendimiento. Este trastorno adaptativo hace referencia a un estado de malestar genérico, con síntomas tanto psíquicos como físicos, afectando principalmente a personas jóvenes, menores de 45 años. También estos síntomas pueden aparecer en niños ocasionados por la vuelta al colegio, después de las largas vacaciones de verano, aunque en ellos es menos frecuente.
Lo mejor para combatir el síndrome postvacacional es prevenirlo para evitar su aparición. Para ello, pueden llevarse a cabo algunas pautas como:
1) Dividir los días de vacaciones
Son más propensas a sufrir síndrome postvacacional las personas que tienen periodos vacacionales más largos, por eso es aconsejable dividir estos a lo largo del verano para hacer la vuelta al trabajo menos abrupta.
2) Volver de vacaciones unos días antes
Ayuda al trabajador a aclimatarse de forma más paulatina a su vida laboral.
3) Tomarse con calma la vuelta a la rutina
Levantarse pronto unos días antes de reincorporarse. De esta manera, al trabajador le resulta más fácil la vuelta al día a día, ya que se adapta con anterioridad a los horarios habituales.
4) Ver el lado positivo
Si se interpreta de forma positiva el fin de las vacaciones, resultará más sencilla. Esto es posible si se evita pensar que el trabajo es una carga y se enfoca desde otra perspectiva.
5) Poner el despertador 5 o 10 minutos antes
Sobre todo los primeros días de readaptación, el salir antes de la cama ayuda a tener más tiempo para ir al trabajo, evitando así prisas y estrés.
6) Llegar a tu hora
La puntualidad es el primer mandamiento de unos horarios racionales. Nos permite aprovechar más nuestro tiempo. Si somos escrupulosos con la hora de entrada a trabajar, estaremos más legitimados para serlo también con la de salida.
7) Aprovechar el tiempo
El tiempo es limitado y fácilmente desperdiciable. Ocho horas de trabajo dan para mucho y deberían ser más que suficiente para cumplir las tareas del día. Pero es necesario mentalizarse para aprovecharlo al máximo, evitando dispersarse en otras distracciones. Hay que potenciar la cultura de la eficiencia más que la de la presencia.
8) No robar el tiempo a los demás
Si nuestro tiempo es importante, el de los demás no lo es menos. Si es grave perder tu propio tiempo aún es más grave hacérselo perder a los demás. Puntualidad, evitar las reuniones innecesarias, no arrastrar a nuestros compañeros, jefes y subordinados a actividades improductivas, etc. son premisas clave para este propósito.
9) Desterrar las jornadas interminables
Volver a la rutina de trabajo no equivale a mudarnos a vivir en la oficina. No podemos pasar de no hacer nada en absoluto en vacaciones a volver a meternos entre pecho y espalda jornadas maratonianas de trabajo. Algo tan sencillo como salir a nuestra hora es muy importante para mantener alta nuestra motivación.
10) No cargarse de trabajo el primer día
Para hacer más llevadera la vuelta al trabajo es mejor hacerlo de forma paulatina, poco a poco, ya que así el cambio será más agradable.
11) Dedicar un espacio a la familia y al ocio
El síndrome postvacacional tiene su raíz en que tenemos la impresión de que al terminar las vacaciones sólo vivimos para trabajar. Por eso es imprescindible dedicar tiempo para nosotros mismos y para nuestra familia. El día es muy largo, y no hace falta estar de vacaciones para disfrutar de esos aspectos esenciales de la vida.
12) Mantener hábitos saludables
Aunque no sea algo directamente relacionado con el trabajo, hacer deporte y llevar una buena alimentación influye. Por eso, es algo que tampoco se debe descuidar los primeros días de regreso.
13) Practicar técnicas de relajación
Practicar la relajación de forma regular para ayudarnos a eliminar pensamientos catastrofistas o ideas irracionales que puedan darnos ansiedad. Algunos ejemplos: yoga, meditación…
14) Dormir más
Dormir adecuadamente y mantener horarios regulares tanto en las rutinas diarias como en las horas de acostarse y levantarse. La impuntualidad, la baja productividad, la escasa motivación y otros problemas vinculados al síndrome postvacacional tienen su origen en nuestros malos hábitos de descanso. Podemos mejorar nuestra calidad de vida adelantando la hora de acostarnos.
15) Planificar
Planificar nuestro tiempo es la manera más eficaz de aprovecharlo al máximo sin tener que trastocar nuestros horarios. Así evitaremos que las distintas parcelas de nuestra vida (trabajo, ocio, descanso) interfieran unas con otras. Aconsejamos seguir la regla de los tres ochos (8 horas para trabajar, 8 horas para el ocio, 8 horas para descansar).
En definitiva, lo más importante es hacer que el cambio de las vacaciones al trabajo sea lo menos brusco posible y afrontar con actitud positiva la vuelta a la rutina para ayudarnos a combatir la desmotivación que supone “la vuelta a la realidad” después de las vacaciones.