La clave para el buen funcionamiento de una empresa es tener la confianza de los empleados. El éxito dependerá de la cantidad de talento y de potencial que reúna la plantilla. Los departamentos de RRHH tienen la responsabilidad de encontrar a la persona adecuada, pero no es ningún secreto que muchas veces este proceso se complica. Entran las prisas, los nervios y los candidatos no cumplen con los requisitos para el puesto a cubrir. Cuando el proceso de selección se alarga tanto en el tiempo puede provocar desmotivación en los candidatos y frustración en los trabajadores del departamento.
Trabajar el employer branding de tu empresa te puede permitir obtener ventaja frente a estas situaciones. Si no quieres que te vuelva a suceder lo mismo una y otra vez, te contamos cómo aplicar este concepto. Según Kenjo , el employer branding se empezó a utilizar con el auge de Internet y de las redes sociales y es la percepción que los trabajadores y los candidatos tienen sobre cómo es trabajar en esa empresa. Esta imagen y percepción mental que transmite la compañía debe ser positiva para conseguir nuevos talentos. Este concepto se consigue cuando los empleados se sienten cómodos, comprendidos, motivados y sienten que la empresa los cuida.
Apostar por el employer branding es un acierto. Muchas empresas actualmente ya están trabajando en ello. Los empleados pueden convertirse en embajadores de la marca. Llegar a este punto sería la situación ideal para cualquier compañía. A la hora de realizar los procesos de selección de candidatos, tener esta ventaja competitiva facilita la oportunidad de conseguir talento.
Los beneficios, según Kenjo, que aporta este concepto a la empresa son:
- Atraer talento y candidatos constantemente
- Fidelizar al empleado, reducir el absentismo laboral y la rotación de personas
- Mayor eficiencia en la contratación, ya que RRHH tendrá muchos más candidatos para valorar
Estos beneficios, aplicados al proceso de selección, reducen tiempo y costes. Se agilizan todas las gestiones y permite encontrar al candidato perfecto más rápido y más fidelizado. Esta imagen que la empresa debe construir se puede conseguir siendo constante y cumpliendo con los principios básicos del concepto. Eso sí, se debe tener en cuenta que con un pequeño error se puede venir abajo toda la estrategia. Es el caso de las redes sociales, que han dado el poder a todo el mundo de opinar sobre cualquier cosa públicamente. Un solo tweet puede cambiar la imagen de una empresa. Se tienen que extremar las precauciones antes de publicar cualquier cosa. Es importante que se valore cada palabra y cada imagen que se comparta, para que refuerce el valor de la empresa y no lo disminuya.
Un trabajador satisfecho será el mejor aliado para la empresa en estos momentos. Él o ella puede aportar una visión cercana y de confianza en las redes sociales e incluso la defenderá si se produce una situación de crítica o queja.
Esta estrategia se aplica desarrollando un plan concreto que se basa en:
- Análisis de la situación actual
- Identificación de la situación ideal
- Definición de objetivos
- Monitorización y evaluación
Las acciones a llevar a cabo pueden ser internas o externas. En el primer caso se busca sobre todo que los empleados puedan conciliar su vida personal y familiar con la vida laboral. También se modifica el ambiente de trabajo y busca la superación de cada miembro del equipo. En el caso de las acciones externas, dirigidas a los posibles candidatos, se basan en atención personalizada y en ofrecer experiencias que puedan servir para conocer la empresa y su funcionamiento.
En estos casos la comunicación es esencial, sobre todo la interna. Se debe informar a los trabajadores que tienen unos beneficios trabajando para ellos, así como crear una estrategia que aporte valor añadido a la empresa. Actualmente ya hay algunas compañías que han aplicado el employer branding: Google, Facebook o Starbucks. La experiencia del empleado será la clave para obtener una buena imagen de la empresa y para conseguir un proceso de selección óptimo.