El incremento del teletrabajo, del uso de las nuevas tecnologías y de la irrupción de la inteligencia artificial hacen que cada vez más personas tengan que aprender nuevas habilidades para ser competitivos en el mercado y adaptarse a sus puestos de trabajo. La Covid-19 ha cambiado radicalmente el modo en cómo se concibe un puesto de trabajo y los requisitos que se pedían para el mismo.
Los líderes deben estar preparados para estas nuevas tendencias que están cambiando el mundo empresarial. Es importante que se formen para entrar en un futuro próximo lleno de cambios y nuevas habilidades.
Un informe de McKinsey Global Institute indica que es posible que un 25% de los trabajadores tengan que cambiar de lugar de trabajo o de ocupación. Se requerirán nuevas tareas, habilidades y plantillas, siguiendo las nuevas tendencias sociales.
Uno de los principales factores que más va a condicionar a partir de ahora es la proximidad. Los trabajadores, después de haber trabajado durante meses en casa, valoran mucho estar cerca de la oficina. La proximidad física será uno de los requisitos principales a la hora de buscar trabajo.
Dónde se prevé más rotación de profesionales es en el sector del ocio y los viajes, la restauración, la hostelería, la producción, las oficinas con ordenadores y las fábricas. La mayoría de estos puestos de trabajo son de primera línea con salarios muy por debajo de la media.
La irrupción de estas nuevas tendencias proviene principalmente de la pandemia, que aceleró el trabajo en remoto y el entorno virtual. El mismo estudio calcula que el 20% de los viajes de negocios se pueden sustituir por reuniones virtuales.
También ha influenciado el incremento de la venta online, sobre todo en el caso de los restaurantes y de la telemedicina. Los usuarios han encontrado nuevos canales electrónicos cómodos para realizar sus compras de manera segura. Además, la inteligencia artificial se está abriendo paso en las empresas adaptándose a las nuevas realidades e implementando nuevas tecnologías para un futuro cercano.
La oficina se convertirá en un espacio para reuniones o colaboraciones, mientras que la jornada se podrá desarrollar, en muchos casos, desde casa. Otro de los principales factores que condicionarán este cambio será que muchas personas no volverán a las grandes ciudades y centros urbanos. La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de buscar espacios más abiertos y tranquilos. Esto puede provocar que muchas de las empresas creen puestos de trabajo con un modelo a distancia o instalen pequeñas oficinas distribuidas por el territorio para que los trabajadores no tengan que desplazarse.
También se digitalizará la relación entre los empleados y entre los canales de consumo. Se buscará crear una cadena de abastecimiento más digital que llegue a todos los miembros de la empresa.
Esta nueva realidad que la Covid-19 instauró en todo el mundo, ha servido para que las empresas vuelvan a centrarse en la experiencia de sus empleados y esta tendencia seguirá los próximos años.