Incorporar talento en una empresa siempre es una tarea que requiere de tiempo, recursos y buenos profesionales. En los departamentos de RRHH se lucha cada día para encontrar el mejor candidato para cada puesto de trabajo. Encontrar nuevos talentos es su mayor objetivo. Muchas veces se confunde trayectoria o experiencia con talento y esto es un error.
Los jóvenes también pueden tener un papel ventajoso en las empresas. Su incorporación trae consigo nuevas ideas que pueden favorecer a todo el equipo. Como bien explican en Sage, se habla mucho de que los jóvenes son el futuro, pero esto no se retrata en el presente de las empresas.
Las organizaciones deben tener en cuenta que uno de los mayores retos que tienen es el de incorporar a profesionales de distintas edades y fidelizarlos para que se queden en la empresa. Los nuevos talentos no son menos valiosos que los más veteranos.
Sage nos explica algunas de las principales ventajas de incorporar este perfil:
- Llegan con nuevas experiencias formativas que actualizan a la empresa
- Dominan el cambio tecnológico e impulsan la cultura digital
- Son capaces de motivar a los veteranos
- Tienen, en muchos casos, dotes de liderazgo que pueden ayudar a toda la plantilla
Mezclar talentos júnior y sénior en un mismo equipo no siempre es una tarea fácil. Si bien esta es una de las mejores pruebas de salud organizativa en una empresa. La conjunción entre estos dos perfiles permite una cultura constructiva y cooperativa. Los júnior, con sus inquietudes, pueden motivar a los sénior.
Algunas empresas siguen de pie gracias al soporte mutuo de estas dos visiones. Los jóvenes rompen con la monotonía y son capaces de hacer frente al cambio de manera mucho más ágil y rápida. La clave siempre está en tener empatía hacia todos los profesionales.
Cuando una empresa consigue este equilibrio, se produce un aprendizaje continuo que favorece a los resultados. Los jóvenes, en la mayoría de casos, llegan dispuestos a aprender de los más experimentados. Hay que dejar de lado las rivalidades y transmitir conocimientos de unos a otros para enriquecerse.
El talento joven es desconocido en muchos casos, ya que ni los mismos profesionales saben de su potencial. Las empresas pueden moldearles y enseñarles desde cero algunos de los procesos. Adquirir talento júnior hace que la misma empresa se convierta en semillero de talento.