Trabajar duro y no conseguir llegar a los resultados deseados es una situación frustrante que puede causar desmotivación. Pero tranquilo/a, es normal. A veces, el trabajo te asfixia de tal forma que no tienes un momento para pensar en cómo ser más productivo/a o más eficiente.
Realizar más y más tareas no es sinónimo de logros. Es esencial prestar atención a los objetivos planteados para trabajar coherentemente y sin desgaste por falta de éxito. Debemos escoger el objetivo y plantear cómo cumplirlo. Esto será más fácil si establecemos objetivos SMART, que ayudan a enfocar y gestionar mejor el tiempo y los recursos utilizados.
SMART es el acrónimo de específico, medible, alcanzable, relevante y de tiempo limitado. Es una forma de centrar los esfuerzos y aumentar las posibilidades de lograr los objetivos. HRider nos explica qué significa cada una de estas palabras:
Específicos
Deben dirigir nuestros esfuerzos hacia puntos clave para mantener la motivación y realizar las preguntas más concretas. ¿Quién? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por qué?…
Medibles
Para poder realizar un seguimiento de su progreso, ya que el feedback es clave para el desarrollo organizacional e individual. Es importante para tener el foco bien puesto y cumplir con los plazos establecidos.
Alcanzables
Deben ser objetivos realistas que nos hagan trabajar de manera eficiente y hacia un objeto.
Relevantes
Son objetivos que deben tener sentido dentro del conjunto y del mismo proyecto. Tienen que estar alineados con los valores de la organización.
Con límite de tiempo
Este punto es importante porque nos establece las fechas de seguimiento y de finalización para ayudar a priorizar y mantener el foco puesto.
Utilizar este tipo de objetivos tiene distintos beneficios como ayudar a la motivación, facilita la identificación de áreas de mejora, aumenta la concentración, ayuda a tomar decisiones y a lograr las metas a tiempo.
