La Covid-19 ha producido cambios enormes en el mercado laboral. En pocos meses se han desarrollado nuevas formas de trabajar que no conocíamos y se han creado nuevas oportunidades futuras. Las organizaciones deben progresar y prosperar para poder hacer frente a este nuevo mercado laboral incierto, ambiguo y volátil.
Cada vez más empresas entienden que el capital social y humano es esencial para conseguir buenos resultados. Las competencias técnicas son necesarias, pero no suficientes. Esta es una de las razones por las que actualmente se busca nuevo talento con competencias y habilidades en el ámbito de la psicología, la tecnología o las relaciones sociales. Los valores de la organización han pasado a ser un factor clave a la hora de seguir con su actividad.
Según Harvard-Deusto, algunas de las competencias más requeridas por los departamentos de RRHH hoy día son:
- Visión de la organización como un sistema humano que se tiene que cuidar.
- Autoexpresión: tener la capacidad de ser creativo/a e innovar.
- Conexión: conectar con empatia con el equipo y trabajar de manera colaborativa.
- Contribución: asumir responsabilidades y comprender que todos los actos pueden tener consecuencias.
- Servicio: alinear el propósito personal con el de la organización.
El cambio principal ha sido que las empresas han entendido que las habilidades técnicas se pueden adquirir trabajando en la organización. En cambio, una visión y unos valores personales son difíciles de conseguir. Se exige aún más que antes porque desarrollar este tipo de habilidades más humanas requiere un alto nivel de voluntad y constancia.
Las organizaciones priorizan cada vez más la cultura corporativa por encima de las habilidades técnicas de sus empleados. Los expertos, según Educaweb, pronostican cambios a los que todo trabajador tendrá que adaptarse. El principal será la posibilidad de tener competencias transversales que permitan adaptarse a todo tipo de trabajo.
Estamos en un periodo de pleno desarrollo del mercado laboral. La pandemia ha servido para acelerar algunos de estos cambios, pero aún queda mucho camino por recorrer para conseguir un mercado justo, humano y eficiente.
Las personas son y serán el centro de toda organización. Esta es la mayor lección que las empresas han aprendido estos últimos meses.