Consultor/a, en latín Consultus, que significa asesoramiento. Un consultor/a de RRHH sería pues un/a profesional que asesora sobre recursos humanos a las empresas, a la vez que es el encargado/a de la búsqueda y captura del talento.
Los consultores de selección, también han participado en procesos de selección, con lo cual estamos hablando de personas debidamente formadas para ocupar la posición en cuestión. Es decir, hablamos de personas como cualquier otras que puedan ocupar otras posiciones en las empresas. A las que han cribado su currículo y han entrevistado para valorar sus competencias profesionales y personales. Igual que el resto.
Hay que tener presente que los consultores, por su cargo como tal, tienen dificultades y enormes responsabilidades dentro y fuera de su organización. Aún que se ha tendido siempre a pensar que no es así.
¿Qué nos viene a la mente cuando nombramos RRHH?
Persona fría y deshumanizada, que se encarga de cubrir posiciones sin conocer apenas las tareas que se desarrollan en el puesto de trabajo.
¿Le damos la vuelta? ¿Vemos cuál es su trabajo?
En primer lugar dejar claro que tiene que ser una persona con capacidad analítica y escucha activa para entender la necesidad del cliente final, las empresas. Entender claramente la figura que están buscando, el encaje dentro de la empresa, la filosofía empresarial… es decir, saber entender y reconocer las cosas intangibles que la empresa desea, dejando de lado el perfil técnico.
El consultor tiene que ser una persona empática a la vez que realista y debe conocer cuál es la realidad actual del mercado laboral. Así como desarrollar su parte más humana y aplicar la ya mencionada escucha activa durante sus entrevistas para conocer bien a los candidatos y sus maravillosos perfiles.
El objetivo final del consultor es el aporte del valor añadido, así como una serie de competencias y conocimientos que puedan requerir los puestos de trabajo.
¿Cuáles son las claves de un buen perfil de consultor/a?
Un reclutador/a o consultor/a debe ser un buen comunicador con los diferentes interlocutores, tiene que entender el intríngulis de la posición requerida por parte de la empresa y luego transmitirlo al candidato en cuestión, dando todos los detalles.
Tiene que tener una capacidad de asesoramiento hacia la empresa y a la vez de orientación al candidato, es la figura de referencia de ambos.
Aunque llevan años desarrollando la labor de consultor, no se puede saber todo, y a veces como todas las personas, buscan los detalles que no comprenden del perfil para poder empatizar al detalle.
Es esencial ser ordenado y metódico. Hay que saber planificar y priorizar, ya que se trabajan simultáneamente diferentes procesos de selección para varias empresas clientes. Se debe evitar el caos.
Y lo que mucha gente piensa que no es verdad, pero lo es, es que disponen de objetividad y sinceridad. Los consultores deben ser objetivos y sinceros, saben que tienen un trabajo relacionado con personas, evidentemente saben que los sentimientos y las afinidades les pueden jugar una mala pasada. Son y serán personas ante todo.
Los consultores tienen claro que: Una máquina puede hacer el trabajo de cincuenta hombres normales. Ninguna máquina puede hacer el trabajo de un hombre extraordinario (Elbert Hubbard).
Así pues dejan claro el valor de las personas, insustituibles.