Este síndrome se caracteriza por alteraciones psicológicas en las personas, sobre todo en los empleados. Cada trabajo tiene sus más y sus menos, pero todos coincidimos en que en algún momento la jornada laboral se puede hacer un poco larga y pesada. Algunas empiezan y parece que nunca terminan, sobre todo cuando se trata de un día sin mucho trabajo. El aburrimiento se apodera de nosotros y entramos en un bucle en el que dejamos de ser productivos y activos.
Durante la jornada laboral es posible que uno se aburra durante un rato, incluso durante todo un día en el que el trabajo disminuye y hay menos tareas a realizar, pero cuando esto pasa todos los días, hay que activar las alarmas. El bore-out nació como concepto en 2007 a manos de los sociólogos Peter Werder y Philippe Rothlin. Se resume como: aburrimiento crónico en el trabajo.
La psicóloga Roser Claramunt explica en RAC1 que este síndrome es justo el contrario del born-out, el síndrome de la persona quemada y estresada por exceso de trabajo.
Aburrirse provoca desmotivación, apatía, falta de energía y en algunos casos puede desarrollar insomnio, ansiedad o depresión. Es un estado en el que el trabajador está tan triste y cansado que su desmotivación se generaliza en todos los entornos de su trabajo y en cada jornada laboral. El desinterés que surge por el trabajo, en algunos casos, también afecta a su vida personal o familiar.
Claramunt explica que hay casos en los que la persona simula realizar tareas, pero en realidad no tiene nada que hacer. Esta situación provoca una sensación de malestar y la jornada se vuelve interminable. Esto le pasa a mucha gente, la psicóloga calcula que entre el 25% y el 40% de personas experimentaran este proceso a lo largo de su trayectoria laboral.
Los problemas también se extienden para la empresa, ya que fomenta trabajadores sin compromiso y sin ningún sentido de pertinencia. Su falta de concentración provoca errores y una disminución de la productividad, de los resultados…
La Covid-19 y, en consecuencia el auge del teletrabajo, ha aumentado el bore-out. Trabajando en remoto se reduce aún más el contacto entre personas y es más difícil desconectar. El teletrabajo debe estar respaldado por una comunicación interna impecable, de lo contrario puede potenciar el síndrome.
¿Cuáles son las principales causas?
- Trabajar por necesidad y no por vocación
- Tener un trabajo que no se ajuste a tu perfil
- La sobre cualificación de los trabajadores
- La monotonía
- Realizar siempre las mismas tareas
- No tener claras las funciones dentro de la empresa
Para luchar contra este síndrome es importante que la persona que lo padezca trate de hablar con sus superiores para explicarles su situación y, a la vez, busque ayuda externa de manera proactiva. Además, es esencial descubrir cuáles son tus motivaciones y potenciarlas durante tu vida privada.