En una empresa es muy importante la gestión de personas y el liderazgo, pero en muchos casos no se está teniendo la visión ideal de estos conceptos. Como líderes se debe tener cuidado con el micromanagement para evitar acabar con la autonomía personal de cada trabajador.
El micromanaging, según Factorial HR, es el seguimiento de las pequeñas tareas diarias que tiene el empleado, supervisando constantemente su trabajo y controlando todas sus acciones. Se da una importancia excesiva a todos los detalles y esto puede acabar con la autonomía del profesional, que acabará desmotivado y hastiado. Liderar un equipo u organización no es tarea fácil, pero se debe tener cuidado con qué tipo de liderazgo se implementa. Algunos expertos no consideran el micromanaging como una forma de actuar positiva, cada vez menos.
Esta gestión no está bien vista y muchas empresas, cada vez más, están huyendo de esta manera de actuar. Deshacerte del control exhaustivo de todo el equipo permite crear más vínculos de confianza y acercarte a tus trabajadores. Ellos lo recibirán como una forma de acercar posturas y se sentirán más motivados, más contentos y más productivos. El control exhaustivo provoca malestar y frustración, que influyen directamente en la eficiencia de su trabajo.
El reto para los líderes es el de entender que no deben controlar todo lo que pasa a su alrededor con sus equipos. Un buen líder es aquel que supervisa, pero también crea vínculos y consigue un buen ambiente de trabajo. Se deben desarrollar nuevas formas de gestionar más eficientes y más saludables para ambas partes que rompan con las tradiciones anteriores.
La existencia (o no) de confianza entre las personas es la clave para saber si se está llevando a cabo un micromanaging. El impedimento de conceder autonomía a los trabajadores hace que no se tenga confianza en ellos y esto provoca un mal ambiente laboral y un estrés elevado. Según Factorial HR existen diferentes comportamientos que caracterizan a un líder de este tipo:
- Nunca está satisfecho con los resultados
- Se siente frustrado cuando se realizan las tareas de un modo distinto
- Se centra en los detalles
- Siempre quiere saber dónde están todos los trabajadores y en qué trabajan
- Solicita actualizaciones frecuentes sobre las actividades, sin centrarse en los empleados
- Quiere estar en copia en todos los correos electrónicos
La productividad del equipo se ve fuertemente afectada con una gestión de este tipo. Crea relaciones perjudiciales para ambas partes y aparecen consecuencias negativas como: ansiedad, rotación continua de empleados, pérdida de foco de los objetivos, mal clima laboral, falta de confianza…
Esta forma de trabajar hace que los empleados no sepan valerse por ellos mismos, porque saben que siempre habrá un líder detrás para ayudarles en todo. Evita que puedan formarse y aprender de manera autónoma. Se debe evolucionar hacia un liderazgo humanizado, que trate a las personas como tal y se preocupe de establecer relaciones con ellas. El liderazgo femenino es uno de los más elegidos para llevar a cabo este cambio, aunque aún hay mucho camino por recorrer. Las mujeres están cambiando positivamente el mundo empresarial, trayendo mayor empatía y sociabilidad. Estos vínculos son muy necesarios para este cambio que se debe realizar.
Evidentemente un líder debe monitorear y controlar los procesos, pero siempre desde la confianza y dejando autonomía a los trabajadores. Utilizar el micromanaging en situaciones concretas a veces es posible, pero siempre evitando su instauración de manera definitiva. Nunca debe ser perjudicial.