El papel de la mujer en el mundo laboral siempre se ha visto afectado o influenciado por un sistema masculino que ha frenado todo tipo de evolución. En 2022 aún se pueden encontrar muchas empresas que no cumplen con las leyes de género, en las que las mujeres no pueden progresar.
Encontrar trabajo siempre es una tarea difícil, pero el género es un factor clave que aún puede influir en determinar una decisión final para la empresa. Las mujeres se ven constantemente menospreciadas, situación que lejos de mejorar, parece que se intensificará. Según RRHH Digital, la pandemia ha aumentado estas desigualdades y se calcula que la paridad plena no se conseguirá hasta 2058.
Esta evolución negativa se ha reflejado en el II Índice ClosinGap de PwC España, donde se prevé un futuro más negativo del que se esperaba. En nuestro país la brecha de género ha aumentado, ya que la paridad plena se sitúa en el 63,3% frente al 64,1% del año pasado.
Hay una necesidad urgente de crear e implementar nuevas medidas que fomenten el talento femenino. El índice divide en cinco categorías las mediciones de paridad: empleo, educación, conciliación, digitalización, salud y bienestar. La brecha que más aumenta es la conciliación, donde ha afectado muy negativamente la pandemia. Las mujeres asumen mayor peso en tareas domésticas, sobre todo durante el confinamiento, que dificultan su conciliación laboral. Este indicador es justo uno de los que más ha frenado el desarrollo del perfil de mujer trabajadora durante muchos años.
La Covid-19 ha dejado también una brecha muy estancada: la de salud y bienestar. Esta crisis ha provocado un mayor riesgo de pobreza o exclusión para las mujeres que para los hombres. Esta desigualdad ya existía anteriormente, pero la pandemia no ha ayudado a mejorarla.
En cuanto a educación, sigue siendo mayor el número de mujeres que disponen de educación terciaria o universitaria, pero hay mucha desigualdad en empleos en industrias. Existe un bajo acceso de las mujeres a carreras del ámbito de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
También se ha valorado en este estudio, la paridad en el ámbito de la digitalización. En este caso ha habido un pequeño repunte de mujeres especialistas en TIC y nuevas tecnologías, aunque la ratio sigue siendo muy baja y la brecha sigue preocupando.
En temas de ocupación y empleo, se ha visto un aumento de la paridad gracias a la participación de la mujer en el mercado laboral que ha conllevado una caída de la brecha en las pensiones y una disminución del empleo precario. Aun así, el 22% de las empresas de nuestro país, reconoce que no está trabajando proactivamente para mejorar la desigualdad de género. Es el asunto que más ocupa a las compañías actualmente y, aunque aún quede mucho camino por recorrer, el Diario de Sevilla apunta que el 79% de estas están llevando a cabo medidas para solucionar la desigualdad en oportunidades laborales.
El Ministerio de Igualdad obliga a partir de este mes, a tener aprobados planes de igualdad en empresas de entre 50 y 100 empleados. Estamos frente a un sistema aún muy marcado por el machismo que nos precede y quedan grandes retos por cumplir. La brecha de género es una de las mayores preocupaciones para las empresas, aunque aún no lo es suficiente. La reducción de las desigualdades de género no debe provocarse solamente por imposiciones del gobierno, sino que las empresas tienen que empezar a verlo como una necesidad que puede representar grandes beneficios.